Cirugía Bariátrica
Qué es y tipos de cirugías bariátricas que entran por la Seguridad Social en España
La cirugía bariátrica es el conjunto de las intervenciones quirúrgicas usadas en el tratamiento de la obesidad tipo III u obesidad mórbida.
Como toda intervención quirúrgica mayor pueden producirse complicaciones y la cirugía bariátrica tiene frecuentes complicaciones durante y después de la cirugía, por lo que debe ser considerada como el último recurso cuando la modificación dietética no ha sido exitosa durante años.
La elección del tipo de cirugía bariátrica queda en manos del cirujano y podrá cambiar dicha decisión en el momento mismo de la cirugía.
El resultado de la cirugía bariátrica depende de varios factores, la propuesta más común es la reducción de volumen del estómago (por ejemplo con una cinta gástrica ajustable), produciendo así una sensación de saciedad temprana y reducción de la ingesta, mientras otros procedimientos (como el cruce duodenal) también reducen la longitud del tracto digestivo con la que la comida entra en contacto, reduciendo directamente la absorción.
La cirugía en la que se emplea la cinta o banda es reversible mientras que las operaciones en las que se acortan el estómago o intestino no lo son. Algunos procedimientos pueden ser realizados laparoscópicamente.
Los procedimientos bariátricos reversibles NO entran por la Seguridad Social.
La pérdida de peso es mayor en los primeros meses después de la cirugía y, si se siguen las pautas correctamente, sus beneficios se mantendrán largo plazo.
Según estudios, tras la cirugía bariátrica se han notado marcadas disminuciones en el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Igualmente, se ha notado mejoría en la evolución de las enfermedades asociadas que padecían los pacientes antes de la cirugía bariátrica.
Normalmente, la cirugía bariátrica está indicada para pacientes que cumplan lo siguiente:
- Edad de 18 a 64 años
- IMC > 40 kg/m2 o un IMC de 35-40 kg/m2 con enfermedades asociadas.
- Obesidad prolongada más de cinco años.
- Fracasos repetidos del tratamiento médico.
- Riesgo quirúrgico bajo a moderado.
- Ausencia de contraindicaciones psiquiátricas (psicosis, bulimia, etc.).
- Ausencia de alcoholismo, drogadicción o farmacodependencia.
- Capacidad de comprensión y colaboración.
- Compromiso de seguimiento postoperatorio.